domingo, 2 de marzo de 2014

Clubes de Vinos

 

No es novedad que en los últimos años la industria del vino ha crecido enormemente, tanto en apertura de bodegas y cantidad de consumidores, como en calidad de productos y variedad de etiquetas. Pero este fenómeno no tiene que ver solo con el boom de la exportación sino también con el mercado interno, donde se han producido notables cambios, sobretodo en lo que respecta a la difusión de la cultura vínica y al perfil del consumidor. Es que el argentino, antiguamente caracterizado por su conservadurismo, ha pasado a ser sorprendentemente un bebedor ávido de experimentar nuevas propuestas y de aprender todo sobre los caldos.

Es dentro de este marco que surgen los clubes de vinos, entidades dispuestas a ofrecer a este nuevo público una gran variedad de productos provenientes de distintas regiones, cosechas, cepas, bodegas, e imposibles de conseguir en el mercado local. A esta propuesta se suma además un servicio de entrega puerta a puerta, actividades variadas, un sinfín de beneficios exclusivos y, lo que es más importante, la posibilidad de pertenecer a un selecto grupo junto al cual aprender y compartir inolvidables experiencias. Vinos exclusivos

Si bien las góndolas de los supermercados están cada día más abarrotadas de botellas, existe todavía un gran número de etiquetas que no se consiguen siquiera en las más importantes vinotecas del país. A esos caldos precisamente orientan su estrategia comercial los clubes de vino. Para encontrarlos se valen de un calificado cuerpo de enólogos o sommeliers, cuya tarea consiste en recorrer grandes y pequeñas bodegas en busca de vinos de alta gama. Caldos extranjeros, partidas especiales, remanentes de exportación y productos fuera de línea, son analizados en detalle por los expertos de cada entidad e incluso revisados a veces por un panel de cata a ciegas, que rota mensualmente para asegurar la pluralidad de puntos de vista.

Los criterios de selección son sin embargo variados. Mientras algunos clubes apuntan a los proyectos, primicias e innovaciones de la industria, otros privilegian la variedad de estilos, cepas, regiones, añadas, etc., o intentan adaptar sus productos a las distintas clases de público. El Club del Vino, por ejemplo, posee una propuesta para los bebedores "amateurs", que consta de vinos representativos de cada terruño para que puedan ir aprendiendo y descubriendo sus propias preferencias, y otra para los consumidores más experimentados, compuesta por vinos complejos y añejados, con un mínimo de siete años de guarda y un seguro paso por madera. "También existe una selección Avant Premier, mediante la cual los socios pueden obtener vinos de importantes bodegas antes de que salgan al mercado, y una de Vinos en Flor, a través de la cual tienen la posibilidad de comprar vinos antes incluso de que sean elaborados para poder participar de todo su proceso de producción", destaca José María Cornella, gerente de la firma.

Pero no sólo son caldos de otros los que ofrecen los clubes de vinos. Con el paso del tiempo muchos se animaron a realizar también cortes propios e incluso a elaborar vinos alquilando las instalaciones de alguna bodega o encargándoles una producción a medida para vender con su propia etiqueta. Por el momento, la propuesta ha tenido bastante aceptación entre los socios, abiertos a probar todo tipo de productos, en especial si provienen de entidades cuya experiencia y trayectoria garantizan la calidad de la bebida. "Algunas bodegas acordaron en elaborar para nosotros una cierta cantidad de vinos al año- comenta Alfredo Nemirovsky, de la Sociedad de Honorables Enófilos-. En general se trata de tintos hechos con Malbec, Merlot, algunos blends y un espumante".

Confianza ciega

Una vez seleccionados los caldos, la mecánica de los clubes es muy sencilla. Cada treinta días acercan a sus socios la ficha técnica y la nota de cata del vino elegido, dándoles la posibilidad, si así lo desearan, de cancelar o modificar el encargo con antelación a la fecha de entrega. Luego envían a domicilio una caja de seis botellas, en algunos casos mixta y en otros del mismo vino, que algunos presentan con etiquetas especiales para que los socios puedan distinguirlas fácilmente. Paralelamente, se suele ofrecer también la posibilidad de adscribirse a la categoría Premium, mediante la cual se puede acceder, a veces con menor frecuencia o menor cantidad de botellas, a caldos mega exclusivos, reservados estrictamente para momentos especiales. Éstos, desde ya, conservan su propia etiqueta, aunque se obtienen a un precio diferencial al del mercado. "Además de los productos Premium, Cuisine & Vins posee la representación en Buenos Aires de la prestigiosa tienda de vinos Savour Club, gracias a la cual también puede vender reconocidos caldos franceses con importantes descuentos", apunta Cristián Paiz, la Brand Manager del club.

En algunas ocasiones son enófilos o coleccionistas los que se acercan a los clubes buscando vinos que no se comercializan en el mercado local o que están fuera de línea, pero en la mayoría de los casos se trata de gente que se ha incorporado recientemente al universo vitivinícola y simplemente desea degustar y aprender más sobre los distintos caldos, con la comodidad, claro, de que los expertos se los elijan y se los entreguen a domicilio. "El mercado de vinos está tan saturado que la gente se marea, no sabe cuál elegir y una vez abierta la botella ya es tarde para arrepentirse…- afirma Cornella-. Nosotros tratamos de ser ese amigo que recomienda un buen caldo, queremos ofrecer el mejor vino que el dinero pueda pagar".

Sin duda uno de los mayores atractivos de los clubes es la promesa de productos de alta calidad, una declaración que cuesta bastante garantizar... "Nosotros probamos mucho vino durante el año, tanto de las bodegas como del mercado, para poder proponer siempre las mejores opciones- cuenta Alfredo Terzano, director del Baco Club-. Claro que todo depende siempre del paladar de cada uno. Lo único que podemos asegurar es que técnicamente los vinos siempre van a estar entre los ocho y los diez puntos". Mantener el nivel de los caldos una vez seleccionados tampoco es tarea fácil. Los productos de alta gama exigen ciertos cuidados, como protección contra las altas temperaturas, la luz y los ruidos, tanto en los depósitos donde son almacenados como durante los traslados.

El socio es lo primero

Si algo tienen en claro los clubes de vinos es que un producto, por más bueno que sea, no basta para garantizar el éxito de su negocio. A los vinos es necesario sumarles una atención personalizada, un servicio de primera y una amplia oferta de actividades y beneficios. Es por eso que periódicamente organizan degustaciones de productos, cenas temáticas, exposiciones, viajes, cursos y charlas con grandes personalidades de la industria. "La idea es ofrecer siempre un variado cóctel de propuestas para que los socios se sumerjan en el mundo del vino", subraya Paiz. Pero la voluntad pedagógica no se termina allí. La mayoría de las entidades publica además notas sobre regiones, cepas, bodegas y productos, tanto en sus sitios webs como en sus revistas, donde además anuncian sus productos y sus agendas de actividades. El Club del Buen Beber cuenta incluso con un espacio en el canal Gourmet desde el cual difunde sus acciones y realiza entrevistas con comerciantes y bodegueros.

La competencia es grande y los clubes deben acudir cada vez a más estrategias para retener y captar nuevos socios. Las más comunes apuntan a los sorteos periódicos, los programas de puntos para canjear por premios, los descuentos en restaurantes y los regalos para aquellos que convencen a algún amigo o familiar a sumarse a la "cofradía enófila". Sin embargo, lo que permite a los clubes diferenciarse es, como en cualquier otro rubro, el trato amable y personalizado. "Para nosotros el socio es lo más importante y nos capacitamos permanentemente para poder brindarle cada día un mejor servicio-cuenta Terzano-. También realizamos focus groups, tanto con los que se fueron como con los que se quedaron, para poder escuchar sus opiniones e ir perfeccionándonos".

Los socios siempre están primero, esa es la premisa, pero no significa que los clubes cierren sus puertas a otros posibles clientes, como la gran cantidad de empresas que a diario se interesan en sus productos y servicios. Entre las opciones corporativas se encuentran: cursos y degustaciones, charlas para extranjeros, vinos con la etiqueta de la empresa para obsequiar en fechas especiales, estuches y accesorios que acompañan a las botellas y hasta encargos masivos de caldos para algún evento. Una lista que muchos ya sumaron entre sus servicios y que indudablemente resulta lucrativa.

Es que los clubes se convirtieron en una interesante opción para muchas entidades, en especial para las bodegas, que encontraron en ellos una vía directa al público consumidor de vinos de alta gama. En este sentido, se consolidaron como un canal alternativo de comercialización, tanto para los grandes productores que buscan colocar sus remanentes de exportación o de partidas especiales, como para aquellos pequeños establecimientos que indefectiblemente deben acudir a este tipo de estrategias para poder competir con las grandes marcas. Un "blend" perfecto, en el que todos parecen salir ganando…
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Los pioneros

El Club del Vino fue el primero que se fundó en el país. Abrió sus puertas en 1985, cuando Eduardo Vázquez, exiliado en España durante los años de la última dictadura militar, regresó al país con la idea de replicar el modelo de negocio de Sobremesa, un club de vinos español en el que había estado trabajando. Junto con un amigo, recorrió bodegas en busca de diferentes vinos para enseñar a los socios sus características, en una época en que la cultura vitivinícola no estaba aún muy difundida en Argentina. A pesar de ello, el crecimiento fue constante y sustancial a lo largo de los años, tanto que hoy la entidad cuenta con sucursales en Uruguay, Brasil, EEUU y Canadá, además de conservar sus vínculos con España.

Adoradores de Baco

Fue a mediados de 1992 cuando Alfredo Terzano y Eduardo Escudero esbozaron en una servilleta de la pizzería Los Inmortales lo que más tarde sería el Baco Club. Ambos venían de la industria vitivinícola, y una vez asociados con la gerente Mónica Gallegos y el contador Juan Gil Juncal, lograron la combinación perfecta para el éxito. El negocio creció tanto que para el 2003 el Baco ya tenía un "hermanito menor" en Brasil, el Dioniso Clube de Vinhos.

Oh! Le Vins

El club Cuisine & Vins nació en 1987 como un servicio más que la revista ofrecía a sus suscriptores. La idea surgió a partir de las notas que se publicaban en la sección Ruta del Vino, en las que un periodista probaba y describía vinos que no se hallaban en el mercado. La empresa decidió entonces acompañar los artículos con esos caldos exclusivos para que el lector también pudiera degustarlos.

Beber bien

Fundado en julio de 2002, el Club del Buen Beber nació por iniciativa de la señal de cable El Gourmet y por el sitio www.elgourmet.com, con el objetivo de otorgar a sus seguidores un espacio interactivo en el que se ofreciera conocimiento sobre el vino, divertimento y seriedad. Con la conducción de Elisabeth Checa, el club posee además su propio programa en el canal, mediante el cual difunde los caldos seleccionados, las catas a ciegas, y todos los eventos llevados a cabo.

Orgullosos Enófilos

La Sociedad de Honorables Enófilos nace en el año 1997 en la ciudad de Rosario, con un grupo de amigos que se juntaba periódicamente en un restaurante para hablar y degustar sus vinos, hasta que a alguien con cierta experiencia en gestión comercial se le ocurrió contactarse con distintas bodegas para que presentaran sus productos durante dichos encuentros. A partir de entonces el club creció enormemente, abrió su propia sede y desarrolló un sistema de franquicias que hoy le permite estar presente en Córdoba, Rosario, La Plata, y Buenos Aires.


Club del Vino
Florida 826, Capital Federal. (011) 5252-2582/ 0800-345-2582. www.clubdelvino.com.ar

Baco Club
Av. Gaona 1611, Capital Federal. (011) 4585-2227. www.bacoclubonline.com.ar

Cuisine & Vins
Laprida 1024, Capital Federal. (011) 4106-0020/ 0800-232-8466. www.cuisine.com.ar

El Club del Buen Beber
(011) 4778- 5469. www.elgourmet.com

La Sociedad de Honorables Enófilos
Esteban Echeverría 1384, Capital Federal. (011) 4896-4785. www.enofilos.com.ar

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